Bienvenidos a un nuevo artículo de Espadas Y Más. En este caso y continuando con el Día de la Mujer, 8M, seguimos hablando de mujeres guerreras. Hoy, Agustina de Aragón.
¡Mira nuestra colección del Día de la Mujer!
AGUSTINA DE ARAGÓN
Agustina de Aragón vio la luz por primera vez en Reus, una pintoresca ciudad de Tarragona, España, el 4 de marzo de 1786 y fue en los encendidos días de la Guerra de la Independencia cuando su nombre resonó con valentía y determinación.
¡Mira nuestra espada Reina Roja!
Con apenas veintidós años, Agustina se vio arrastrada por los torrentes de la historia hacia Zaragoza, una ciudad marcada por el fervor de la resistencia contra la invasión napoleónica. El 15 de junio de 1808, cuando los tambores de la guerra retumbaban en las calles empedradas de la capital aragonesa, los ejércitos franceses asediaron las puertas del Carmen y del Portillo con el ansia de conquista. Sin embargo, las murallas de Zaragoza no cedieron ante el embate extranjero. Fue en aquellos días de fuego y plomo que Agustina se erigió como un símbolo de coraje y patriotismo.
Espada Mata Dioses Wonder Woman
El 2 de julio, en medio del fragor de la batalla, Agustina se aferró al cañón de una batería, con el corazón encendido por el espíritu de la libertad. Con pulso firme y mirada resuelta, disparó contra los invasores franceses, desafiando su avance implacable. Junto a otros valientes, Agustina se convirtió en el bastión que impidió la entrada de los enemigos en la ciudad sitiada. El asedio se prolongó hasta el fatídico 15 de agosto, cuando los franceses, derrotados y humillados, levantaron sus tiendas y abandonaron los muros de Zaragoza.
Espada Atenea Wonder Woman
La gesta de Agustina de Aragón no se limitó a aquel histórico enfrentamiento. Su espíritu indomable la llevó a participar en innumerables batallas, desde el asedio del convento de Jerusalén de Zaragoza hasta los sitios de Teruel y Tortosa. Incluso cuando cayó prisionera, su determinación no se quebrantó. Agustina escapó de las garras de sus captores, desafiando las cadenas de la opresión.
Su sacrificio y valor no pasaron desapercibidos. Fernando VII, en reconocimiento a su valentía, le otorgó una pensión de 100 reales, un símbolo de gratitud hacia una mujer cuyo coraje desafiaba los límites impuestos por su género.
Los lazos del amor y la guerra tejieron el destino de Agustina. Contrajo matrimonio primero con un militar, cuyo destino incierto la llevó a creerlo muerto. Luego, su corazón encontró refugio en los brazos del capitán Luis de Talarbe, solo para despedirse de él en la cruel danza del conflicto armado. Finalmente, un nuevo amor, Juan Eugenio Cobo de Belchite, acompañó sus días de lucha y sacrificio.
El último suspiro de Agustina resonó en los confines de Ceuta el 20 de mayo de 1857. Sin embargo, su legado trascendió las fronteras del tiempo y la memoria. En un gesto de homenaje, el Ayuntamiento de Zaragoza decidió trasladar sus restos mortales, una medida que se materializó en 1870. Desde entonces, el espíritu indomable de Agustina de Aragón reposa en la iglesia de Nuestra Señora del Portillo, un faro de inspiración para las generaciones venideras.
Katana de Enma
Definitivamente, Agustina de Aragón encarna la heroicidad y la épica de España, que trasciende épocas y perspectivas y desde EspadasYMás nos encanta contaros sobre este tipo de eventos históricos.