La espada que desafía las sombras
En la vasta mitología de la Tierra Media, las espadas no son simples armas: son reliquias vivas, cargadas de magia, historia y destino.
Una de las más icónicas en la narrativa de Tolkien es Orcrist, también conocida como la Corta-gobelinos, una hoja forjada por los elfos de Gondolin en la gloriosa Primera Edad.
Esta espada, hermana de la célebre Glamdring, fuere descubierta milenios después por Thorin Escudo de Roble durante su aventura en El Hobbit. Desde ese momento, Orcrist pasaría a formar parte de las leyendas que tejen el destino de la Tierra Media.

Orcrist, forjada en Gondolin: luz contra la oscuridad
Orcrist fue creada en la secreta ciudad élfica de Gondolin, famosa por su arte, conocimiento y poder. Forjada con técnicas élficas ancestrales, la espada fue diseñada para combatir a los orcos, y su filo tenía la capacidad de brillar con luz azul cuando estas criaturas estaban cerca, como advertencia viva de su presencia.
Su nombre, “Orcrist”, significa literalmente “corta-gobelinos” en la lengua común, y es una de las pocas armas élficas con renombre propio, igualando a otras como Anglachel o Narsil en fama y respeto.
Thorin Escudo de Roble: un enano digno de su filo
Thorin encontró Orcrist en una cueva de trolls junto a Glamdring y a la daga que luego sería Dardo, portada por Bilbo Bolsón. El destino quiso que un enano —descendiente de reyes, impulsado por el honor y la necesidad de recuperar su reino— se convirtiera en su nuevo portador.
Aunque los elfos y los enanos tenían una historia cargada de recelos, incluso los habitantes de Rivendel mostraron respeto al ver a Thorin con una espada de Gondolin.
Orcrist se convirtió en símbolo de liderazgo, justicia y resistencia contra las fuerzas del mal.

Descripción de una leyenda
Con una hoja larga, curva y resplandeciente, Orcrist lleva inscritas runas en tengwar, el alfabeto élfico, logrando que la espada tenga un aire tan místico como resplandecientemente bello.
Su empuñadura está decorada con motivos de hojas y estrellas, representando el linaje estelar de los elfos.
No es solo un arma: es un testamento del pasado, una extensión del alma del portador, y una herramienta de juicio ante el caos del mundo.
El legado inmortal de Orcrist
Cuando Thorin muere tras la Batalla de los Cinco Ejércitos, Orcrist es devuelta a su lado, enterrada con él bajo la Montaña Solitaria. Allí, según se cuenta, la espada sigue cumpliendo su deber: brilla intensamente cuando los enemigos se acercan a la tumba de su dueño. Así, su luz continúa defendiendo a quien fue su digno portador.

Luz eterna desde Gondolin
Esta no es solo una espada mágica en la narrativa de Tolkien. Es un símbolo de coraje, nobleza y redención. Su recorrido, desde Gondolin hasta la tumba de Thorin, atraviesa épocas, conflictos y culturas. En ella se funden la artesanía élfica, el destino de los enanos y la eterna lucha entre la luz y la oscuridad, que todos comparten.
Una espada, un legado, una leyenda que bien podría continuar apareciendo en posteriores historias, en las manos de otro héroe.
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